Sí, se me borran de la memoria -¿no lo he dicho ya?- los recuerdos... especialmente esos que nunca he vivido. Deambulo, como todos -aun aquéllos que no quieran reconocerlo-, entre sombras y silencios. La realidad que no somos nosotros, que no asimos con el aliento, con el sentimiento, con el pensamiento, se desvanece como inexistente. Incluso más valen los sueños en nuestra mente... al menos, mientras no nos despertemos.