1ªP. Capítulo III. Donde se cuenta la graciosa manera que tuvo don Quijote en armarse caballero.
Y, así, fatigado deste pensamiento, abrevió su venteril y limitada cena; la cual acabada, llamó al ventero y, encerrándose con él en la caballeriza, se hincó de rodillas ante él...
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