Si la rosa entre las flores se estuviera siempre encarcelada en su capullo, y no desplegara aquella fragante rueda de rosicleres... ¿de qué sirvieran tanta luz, tanto valor y belleza, si la ostentación no los realzara? Yo soy el sol alado, yo soy la rosa de pluma, yo soy el joyel de la naturaleza, y pues me dio el Cielo la perfección, he de tener también la ostentación.
El Discreto. Baltasar Gracián
El Discreto. Baltasar Gracián
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